top of page

Mi mejor terapia

"Si alguien desea una buena salud, primero debe preguntarse si está listo para eliminar las razones de su enfermedad. Sólo entonces es posible ayudarlo", Hipócrates.

Empezamos la semana queridos espartanos con una frase de Hipócrates que da mucho juego para reflexionar y crear un buen debate. Por mi parte he pasado el fin de semana pensando en post, en temas de interés, en anécdotas, y tengo tanto que compartir que casi estoy ansiosa; pero vayamos poco a poco. Hoy quiero contaros algo sobre mis tratamientos, y el que mejor me funciona.

​

Está claro que para ponerse en tratamiento, sea cual sea, hay que estar listo, saber a qué nos enfrentamos, aunque después nos encontremos sorpresas. Mi punto fuerte es la objetividad y ser realista; hacía mucho tiempo que  me había dado cuenta de que algo en mí no iba bien y yo, ni sabía qué era, ni conocía las herramientas cuando empecé a ir a un psicólogo privado. Sinceramente hubiera ido antes, pero mi situación económica era precaria para ello. El empujón definitivo fue quedarme embarazada. Siempre había querido ser madre; llevaba tiempo queriendo tener un hijo, pero como digo, la situación no era apropiada. 

​

Había terminado un tratamiento por depresión un mes antes del embarazo. Debo decir que no esperaba quedarme tan rápido, pero fue dicho y hecho. Casi todo prometía felicidad. El embarazo fue muy duro; yo no puedo decir que fuera la época más bonita de mi vida. Puede ser que el cambio hormonal y las situación de estrés y traumas que se dieron fueran los desencadenantes de la fibromialgia, o las 32 horas de parto, pero aún así...vaya 9 meses más malos. Tan malos, tan malos, que empecé con ataques de pánico, ansiedad, angustia; descontrol total, lo que me ocasionó más estrés al pensar que todo eso podía hacerle daño a mi bebé. Y ahí empezó mi tratamiento psíquico.

​

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por fin tuve a mi tesoro, y el puerperio fue tan duro como para cualquier otra mamá. Hormonas, adaptación, depresión postparto...vamos una juerga en toda regla. Pues a pesar de todo, la mamá todoterreno que hay en mí decidió que su bebé jamás la vería llorar, con ansiedad, triste o en cualquier estado que no fuera feliz y sonriendo. No iba a permitir que mis problemas influyeran en él, ni en su futuro. Y así, sin más, Fabio se convirtió en mi terapia más efectiva.

 

Me ayudó a controlar mis TOC´s (en mi caso pensamientos obsesivos), a controlar la ansiedad, a saber cuándo debía de separarlo de mi para que no notara mis taquicardias o tristezas; me ayudó a sonreir de nuevo, jugar como una boba, quererme cada día más por el simple hecho de que sentía que lo estaba haciendo bien, que estaba siendo una buena mamá; me enseñó a no rendirme ni un solo día (a pesar del agotamiento, dolor, apatía, frustración,...), a luchar por volver a ser yo y no depender de él y que él no dependiera de mi (yendo a pilates, yoga, zumba...); me devolvió la risa y las ganas de seguir aprendiendo y mejorar; me preparó mentalmente para ir a un psicólogo y afrontar tantos fantasmas que me venían pesando y hablando a la nuca desde la infancia. Y cómo no, es mi tratamiento para afrontar con positividad la fibromialgia.

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

facebook_untitled.jpg

A pesar de mi miedo a medicarme, hago lo que debo para intentar paliar el dolor y ayudar a que mi día a día sea más fácil y normal, o todo lo normal que pueda ser. Pero es él quien me hace levantarme cada día y buscarle con una sonrisa a la cual él me responde, me echa los brazos y me da un abrazo de buenos días. Cuando vuelvo de dejarle en la guardería tras otro achuchón, me siento, analizo y registro cómo estoy, y empiezo a hacer lo que puedo, ni más ni menos. Sí, para conocer mis límites y mi enfermedad tengo una agenda donde registro cada día:

1. Intensidad y zonas de dolor.

2. Otros síntomas.

3. Activiad que hago cada día (yoga, andar, hacer la compra, subir escaleras...).

4. Si duermo la siesta o no.

5. Si he tenido insomnio; que de éste no me deshago ni con medicación.

frase-sobre-equilibrio-emocional.jpg

Lo que en definitiva os quiero transmitir es que busquéis vuestro "tratamiento" más efectivo, ya sea tu/s hijo/s, pareja, tú mismo, tu máscota (que son muy empáticas y también sufren por ti), un objetivo, una meta...sea lo que sea que despierte tu mente, te haga sentir bien hasta en los peores momentos, te ayude a mirar el lado positivo y si hoy toca no hacer nada porque es lo que mi cuerpo necesita, hacerlo sin temor, sin decepción, sin autocompasión...después de todo, todos tenemos días/épocas malas, pero hay que levantarse, sonreir y reirse de uno mismo aun que sea desde el sofá de casa.

​

Y si los dolores son medianamente soportables, haz planes, acepta planes. Distráete, desahógate, haced lo que os apetezca y te haga sentir bien. En la cama no vas a hacer tu vida más bonita para ti. 

​

Déjate querer, pero sobre todo QUIERETE !! es mi mejor consejo. Yo me lo tomo muy en serio porque sé que soy el referente para mi hijo; si yo me quiero, él aprenderá a quererse; si yo soy feliz, él lo será; si ve una mamá activa, él lo será. Todo pasa por mí, recae en mi. Así que primero por mí y luego porque no le puedo fallar a él.

​

El "like" de hoy lo comparto con mi hijo, sin el cual todo sería más duro...pero sería igual de posible, porque yo controlo a mi mente, y no al revés. 

​

Feliz lunes mundo ;D

​

bottom of page